Lavarse las manos de forma adecuada es una de las mejores formas de prevenir la propagación de gérmenes y enfermedades. Sigue estos pasos simples para garantizar una limpieza efectiva:

Moja tus manos con agua limpia: Abre el grifo y moja tus manos con agua corriente. Asegúrate de que el agua no esté demasiado caliente para evitar quemaduras.

Aplica jabón: Aplica suficiente jabón en tus manos para cubrir toda la superficie. Puedes usar jabón líquido o en barra, ambos son efectivos.

Frótate las manos: Frótate las manos vigorosamente durante al menos 20 segundos. Asegúrate de frotar todas las áreas, incluyendo el dorso de las manos, entre los dedos y debajo de las uñas. Puedes cantar el "Feliz Cumpleaños" dos veces para asegurarte de que estás lavándote el tiempo suficiente.

Enjuaga con agua: Enjuaga bien tus manos con agua corriente para eliminar todo el jabón y los gérmenes.

Sécate las manos: Sécalas con una toalla limpia o con un secador de aire. Si usas una toalla de tela, asegúrate de cambiarla regularmente para evitar la acumulación de gérmenes.

Cierra el grifo: Cierra el grifo con la toalla con la que te secaste las manos para evitar la contaminación cruzada.

Es importante lavarse las manos con frecuencia, especialmente en los siguientes momentos clave:

• Antes y después de preparar alimentos.
• Antes de comer.
• Después de ir al baño.
• Después de estar en contacto con superficies sucias o contaminadas.
• Después de estornudar, toser o sonarse la nariz.

Siguiendo estos simples pasos, puedes ayudar a protegerte a ti mismo y a los demás de enfermedades. ¡Lava tus manos y mantente saludable!